El clientelismo madrugó a los tucumanos. Decenas de personas, ¿cientos? ¿miles? entrando y saliendo de un edificio de 24 de Septiembre al 700. Ingresaban con las manos vacías y salían con cajas de cartón y planillas. Aparentemente iban y volvían del primer piso del edificio donde funcionaría la oficina de una candidata.
La operación se inició a las 3 de la mañana y se prolongó hasta pasadas las 6.
Alfaro presentó una denuncia penal por los movimientos captados en el microcentro“¿Por qué hay tanta gente?”, le preguntó una mujer estacionada en doble fila a un trapito, señalando una cola que daba vuelta la esquina en San Lorenzo y Moreno, frente a una pequeña sede partidaria. “Están entregando un bono de 20.000 pesos a los que vuelven de votar”, respondió el cuidador de autos.
“No ofrecieron 7.000 pesos a cada uno en mi casa para votar a Jaldo”, contó Sofía, de Alderetes. En su casa son cuatro los que votan por lo que percibieron 28.000 pesos en total. “Yo no voté a Jaldo pero recibí el dinero igual”, aclaró.
Junio de 2003: fin de los lemas; junio de 2023: ¿despedida de los acoples?En Juan B Terán al 200, el abogado Francisco de Rosa filmó una cola de gente en un local, que según el letrado sería de Armando “Cacho” Cortalezzi, ya que en la puerta había autos identificados con carteles que decían “CC”.
El lugar se encuentra a sólo 80 metros de un lugar de votación y las personas salían de la escuela e iban directamente al local a recibir dinero.
De Rosa filmó toda la operación y realizó la denuncia en la Junta Electoral, donde una mujer le respondió que no podía tomarle la demanda y que debía dirigirse a “la fiscalía”. La conversación entre el abogado y la empleada de la Junta quedó grabada.
¿Última elección con acople? ¿Le harán caso a Alberdi?Al clientelismo totalmente desbocado y como nunca antes a la vista de todos, y cuando decimos todos nos referimos a jueces, fiscales y autoridades electorales, debe sumarse el gasto en fiscales, que osciló entre 5.000 y 15.000 pesos, según el candidato.
Un acople promedio de la capital pagó 10.000 pesos a cada fiscal de mesa. Considerando que en este sector electoral hay 1.338 mesas, para fiscalizarlas a todas un candidato necesitó más de 13 millones de pesos.
A esto deben sumarse la compra de votos con dinero o con bonos, el acarreo, la comida y la logística, y además los millonarios gastos de campaña.
Sólo para la impresión de votos hacen falta unos 20 millones.
Se estima que un acople de la capital necesita (en blanco) entre 60 y 100 millones para poder participar.
¿Cómo recuperará todo ese dinero un legislador, intendente, concejal o delegado comunal electo? ¿Y los que no ganarán y también gastaron fortunas?
Esta pseudo democracia tucumana se ha degenerado completamente. Antes se denunciaban algunos negociados en la política. Hoy la política se ha corrido completamente y sólo ha quedado el negocio, alevoso y desvergonzado, financiado en su mayor parte con dinero de los contribuyentes.